Ciudad de Molina

Una visita muy recomendable es pasear por las calles del Casco Histórico de Molina y conocer todo su emblemático patrimonio como es el Monasterio de San Francisco, fundado a finales del siglo XIII y en la actualidad utilizado como edificio de servicios múltiples, más otra pequeña parte que aloja el Museo Comarcal de Molina de Aragón. Su iglesia del s.XIII es hoy en día uno de los principales centros culturales de la ciudad.

En el paseo por sus calles, no podemos olvidar el barrio judío, de gran belleza medieval, y el barrio de la morería al otro lado del río. Sobre éste cubre el paso el Puente Románico, símbolo de la villa, realizado en arenisca roja y formado por tres arcos; junto a las pilas y los tajamares que se distinguen a uno y otro lado.

Sus templos cristianos representan las diferentes épocas artísticas. Desde la serena belleza del románico de la Iglesia de Santa Clara, en la plaza que lleva su nombre, a Santa María la Mayor de San Gil, totalmente reconstruida después de un incendio ya en el siglo XX; pasando por el renacimiento reflejado en la Iglesia de San Pedro, con su preciosa espadaña mudéjar o el neoclásico de la portada principal del Monasterio de San Francisco.

Como testigo de su esplendor los palacios más significativos plasmaron en sus blasones e inscripciones los nombres de sus insignes habitantes: Casa del Obispado Díaz de la Guerra, Palacio de los Arias, Palacio de los Montesoro… y entre todos ellos destaca el Palacio de los Molina, La Subalterna, que presenta un gran arco de medio punto con dovelas despiezadas en la portada y los escudos de los Molina.

En el mes de julio, tiene lugar una de sus fiestas más representativas: Nuestra Señora del Carmen. Los caballeros de la Cofradía Religioso-Militar del Carmen, vestidos con un vistoso uniforme blanco y rojo, escoltan la imagen de la Virgen del Carmen por las calles de Molina. En el palacio del Ayuntamiento velan el Estandarte, relevándose cada media hora, hasta las doce de la noche.